Cada día más personas se ven atraídas por las virtudes de la lectura del Tarot. Por tratarse de una práctica milenaria que no es esotérica ni oscura, muchos la eligen como una forma para llegar a conocerse mejor y comprender mejor la situación que se encuentran atravesando.
Pero muchos se muestran tímidos frente a la idea de asistir a una consulta, principalmente porque no saben exactamente qué es lo que se van a encontrar allí. Efectivamente, cada una es distinta según cada tarotista, pero se pueden encontrar una serie de similitudes entre todas las consultas de Tarot.
En primer lugar, habrá un momento breve de presentación, en que el especialista y el consultante compartan sus ideas previas sobre el Tarot (esto, claro, si es la primera consulta a la que asiste). El consultante compartirá sus expectativas, las dudas que lo llevaron a presentarse y algunos otros detalles. Un buen tarotista no necesitará de mucha información de contexto, por lo que se procederá a la lectura de las cartas.
¿Qué indican las cartas al tarotista?
Cuando el experto y el consultante se encuentran en el gabinete Tarot frente a las cartas, estas deben ser barajadas y presentadas en la mesa, y el consultante volteará tantas cartas como el experto diga. En general, se comienza por tres y luego, si se necesita, se voltean más.
La idea es que el consultante exprese si hubiera algún aspecto que desee dilucidar puntualmente, y en base a eso, el tarotista interpretará las cartas, basado en su profundo estudio de la simbología de cada una de las figuras. Dependiendo de las combinaciones, el orden y la orientación, las cartas podrán brindar índices particulares para cada persona.