Una vida sin acción o una carrera sin vocación son realidades inconcebibles para los nativos del signo de Acuario.
Aunque la dedicación por el estudio no es el fuerte de los acuarianos, cuando están concentrados en algo que los atrapa su desvelo y entrega es total.
Los motores, maquinarias en general, la agricultura y todo lo vinculado a los animales se les da muy bien a los nacidos bajo este signo.
Son estupendos viajantes, diplomáticos y relatores de radio o televisión.
Nadie mejor que él para dejar traslucir en su semblante aquello que palpita en su corazón.
Ya sea amargura o éxito, son expresiones que se le hace imposible ocultar.
Disuadirlo es prácticamente imposible, ni siquiera con amenazas y sabrá bien convertir los fracasos en victorias.
No es que a los nacidos bajo este signo se les presente la vida fácil, pero como cuentan con coraje y deseos de aventura cualquier riesgo servirá para poner a prueba la energía de su planeta regente Urano.
Además, aunque muchas veces la realidad le produzca un desgaste es capaz de recuperarse de manera casi milagrosa y enriquecer así su dimensión a través de las lecciones que la vida le brinde.