Se trata de un hombre difícil pero fascinante. Una mezcla de timidez, miedo a hacer el ridículo y orgullo son sus máximas debilidades.
Tal vez no sea sensible la mejor definición para describirlo sino que más bien la palabra adecuada es susceptible. Junto con todo esto, el canceriano se vuelve voluble y depresivo. Para ellos la vida social es tan fría que no la soportan, por lo que buscan más bien la soledad. Quizás sea ese uno de los motivos por lo que busca una mujer-madre que lo mime y lo consuele, una mujer que le sirva de apoyo.
Al igual que un niño, a Cáncer no le gusta que le regañen ni le destaquen su egoísmo y obligaciones. Se niega a reconocer sus errores y tiende a siempre echarle la culpa a otros de todo lo que le sucede.
Estos nativos cuentan con una intuición magnifica y como se trata de un ser desconfiado mantiene siempre su radar activo hasta captar lo que su corazón y mente le están preavisando.
A la hora de conquistar a un canceriano él esperara que le guste lo que a él le gusta, que aclame sus alternativas y comparta sus entusiasmos. De llegar a amarlo, sabrá comprenderlo, haciéndose fácil convivir con él.
Es importante no intentar tener atado a este nativo, si intenta tenerlo encerrado inevitablemente se le escapará, en cambio si lo estimula para que salga regresara al poco rato como si nada hubiera pasado.
En el todo es espontaneo, sus caprichos y genialidades se entremezclan con ansias e impulsos que lo consumen por el solo hecho de experimentar y probar fuerzas.